Estos días pasados, Dadi Janki, a un mes de cumplir 100 años y trabajando cada día, se ha reunido con personas procedentes de los cinco continentes para habar una vez más de la pureza de pensamiento y de intenciones.

En un mundo en el que se ensalza ser taimado y astuto, Dadi Janki nos insta sin embargo a recuperar la pureza de la infancia, llena de ideales y de horizontes puros.

Es una llamada al recuerdo de quiénes somos y una invitación a reclamar nuestra verdadera y divina esencia.
 
Su insistencia recuerda a la de Jesús cuando habla de que seamos como niños.

Recuperar la pureza es el camino más corto para recuperar la integridad y la dignidad, con frecuencia oscurecidas por el desgaste de la vida.

Cada uno de nosotros, nos recuerda Dadi Janki, puede ser esa luz y ese fuego del hogar que el mundo necesita.

Imagen de Dadi Janki, directora administrativa de Brahma Kumaris, Mount Abu, Rajasthan, India