Las viejas formas se aferran: la dominación, la posesión, el lujo desmedido, la satisfacción de todo lo que pide el ego.
Las nuevas formas quieren abrirse: el compartir, la comprensión de la transitoriedad de todo, la comprensión de que somos espíritus manifestándonos en la materia.
Todo es revelado, todo es alcanzable, nos dice el pensamiento de hoy.
¡Qué recordatorio esperanzador! Llena de energía.
Y plenos de energía, es más fácil pensar en el Nuevo Mundo.
Su fragancia, su poesía, empiezan a llegarnos.
“Te cubriré con Mi escudo, con que tan solo atiendas tu labor…”
Trabajemos por ese Nuevo Mundo.
Al Nuevo Mundo mi primer mensaje.
Tú que diste el Ashrama,
Y tú que diste dos vidas,
Proclamad.
Constructores y guerreros, reforzad los peldaños.
Lector, si no has comprendido, relee de nuevo tras un tiempo.
Lo predestinado no es accidental,
Las hojas caen a su debido tiempo.
Y el invierno es sólo el presagio de la primavera.
Todo es revelado; todo es alcanzable.
Te cubriré con Mi escudo, con que tan solo atiendas tu labor.
He hablado.
Yo soy … tu Bienaventuranza.
Yo soy … tu Sonrisa.
Yo soy … tu Gozo.
Yo soy … tu Descanso.
Yo soy … tu Fortaleza.
Yo soy … tu Valor.
Yo soy … tu Sabiduría.
Las hojas del Jardín de Morya, I, La Llamada, Prólogo. Agni Yoga Society, N. York (www.agniyoga.org). Foto: Otoño en Asturias, cortesía de Xana