La consciencia se expande y aparecen nuevos horizontes.

Lo mecánico, lo prosaico, da paso a otras vistas.

Hoy se nos habla de esfuerzos sagrados y santos, de los Sacramentos del Ser.

La expansión de la consciencia procura una tensión, y también una alegría. El horizonte ya no es yermo y triste.

A lo lejos, más allá de las montañas y de los mares, resplandece una Realidad Superior.

Aquí cerca, en cada hálito de vida, está también esa Realidad.

Si somos conscientes, todo puede ser sacralizado y santificado.

Todo significa todo, en realidad.

El fuego, como el de esta hoguera en lo alto de la montaña, nos recordará esa luz sagrada.

Después de aceptar a la Jerarquía, hay que absorber la Enseñanza ya que la única e indestructible alegría es la alegría de la expansión de la conciencia, la que nos empuja hacia los más elevados Sacramentos del Ser, donde nuestros esfuerzos más sagrados y santos encuentran su materialización, como la Realidad Superior que está por encima de toda nuestra imaginación humana.

Cartas de Helena Roerich, Volumen 1, 19 octubre 1929. Agni Yoga Society, Nueva York. Imagen: Fire Blossom, 1924, Nicholas Roerich