Hoy hablamos de seleccionar, de elegir.

Uno de los grandes regalos recibidos es el del libre albedrío.

Podemos construir sobre cimientos firmes o sobre pies de barro. Cada día nos da distintas oportunidades para ello.

Las actitudes nobles y constructivas van poco a poco formando un carácter interior, que se convierte con el tiempo en una fuerza luminosa.


El principio divino está dentro, pero si no se activa, si no se frecuenta, permanecerá por siempre apagado, yermo.

Nuestras prioridades y nuestra vida pueden acercarnos o alejarnos de ese principio.

Cuando ese principio quede instalado en nosotros, la base será muy potente, y la casa estará bien construida.

La luz interna nos conforta y también conforta al mundo.

A medida que avanzáis en la existencia, tomáis conciencia de estar habitados por diferentes tendencias algunas de las cuales son mejores que otras. Pero tomar conciencia no es suficiente, debéis también admitir la necesidad de hacer una selección entre todas estas tendencias, para concentraros sobre aquellas que sentís son las más nobles, las más constructivas. De esta forma, descubriréis, poco a poco, la presencia en vosotros de algo luminoso, poderoso que no conocíais antes. Esta presencia, es la del Principio divino que os habita y que espera que os pongáis a su servicio.

Ponerse al servicio del Principio divino, es hallar cada día los valores morales, espirituales, que merecen que les deis prioridad.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta.  Imagen: Peñalara-Claveles, Sierra Madrid, 25 noviembre 2010 (foto de Jonás Cruces http://www.todovertical.com/)