Este mensaje va dirigido a todos: al panadero, al artista, al empresario, al agricultor, al político, al ingeniero, al ama de casa, a todos nosotros…

A todo aquel que desde su ocupación, sea cual sea, tenga como motivación el bien común, el juego limpio, la buena voluntad y la voluntad al bien.

“Bienaventurados todos aquellos que consagran y utilizan todas sus energías físcas, afectivas y mentales para el bien de la humanidad, para el Reino de Dios y Su Justicia”.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), “Acuario y la llegada de la Edad de Oro”, Obras Completas, tomo 26, Capítulo V, Editorial Prosveta. Imagen: pintura de Nicholas Roerich, «Boris and Gleb» (1942)