Nuestros intercambios con la vida pueden revestir muchas formas.

Se nos sugiere la bondad, la generosidad y la paciencia en los intercambios con lo seres humanos. Para muchas personas en la tierra ahora mismo estos son ya principios vivos y vividos, pero para una parte importante de la humanidad son ajenos.

Los métodos del amor a los que se refiere Aïvanhov abren las puertas a la sabiduría. Desde el intelecto nunca podrán abrirse esos portales.

En el Tao se lee que lo suave vence a lo fuerte. La palabra adecuada es mejor que el grito indiscriminado.

La Semana Santa puede haber sido tiempo de silencio, de calma, para recargar la dinamo interior.

Cada día nos da la posibilidad de un nuevo nacimiento para buscar la sabiduría aquí en la tierra.

La sabiduría espera, a los que quieran ir a su encuentro.

«Trabajar según las leyes de la sabiduría y los métodos del amor, éste es el programa», decía el Maestro Peter Deunov. La sabiduría nos indica el ideal hacia el que debemos tender, y este programa nos ocupará durante toda la eternidad. Para realizarlo, debemos adoptar los métodos del amor viviendo cada minuto con mucha atención. Las leyes representan los puntos fijos conforme a los que debemos conducirnos, y los métodos son nuestros instrumentos de trabajo. Los métodos del amor nos permiten realizar los grandiosos objetivos de la sabiduría. Se equivocan aquellos que creen que pueden llegar hasta la sabiduría descuidando el amor: se secarán y se harán polvo.

Los métodos del amor son numerosos, son ellos quienes nos permiten realizar intercambios con toda la naturaleza mediante la respiración, la nutrición, la contemplación de la salida del sol… intercambios con los seres humanos manifestando la bondad, la generosidad y la paciencia… intercambios con el mundo divino mediante la meditación y la oración.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, www.prosveta.es. Foto: Niña de la residencia de Anand Bhavan, noviembre 2008