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Se refiere hoy Aïvanhov al plenilunio de mayo, este jueves a las 21:57 hora peninsular.

Según ciertas tradiciones, en un valle del Himalaya el Buda y el Cristo se encuentran en este plenilunio para enviar luz a la humanidad.

Para estas tradiciones, es tiempo de recogimiento, de renovación interior, de encuentro.


Es momento para ponerse al servicio de las fuerzas de lo puro y lo elevado, de la verdad.

Cada cual en su pequeño o gran mundo puede decirse: “quiero ser instrumento del Buda y del Cristo”.

A partir de ahí surge otra forma de estar en la tierra, y una responsabilidad.

Surge un voto, una mirada renovada al mundo.

“Propagar en el espacio ondas y vibraciones de la más elevada espiritualidad”. A eso nos llama Wesak también en nuestra vida cotidiana.

«Durante la noche de la luna llena de mayo cada año se celebra en el Himalaya la ceremonia del Wesak. Durante esta noche, se conmemora simbólicamente bien el nacimiento del Buda, bien su iluminación. Algunos Iniciados pueden presentarse físicamente a esta ceremonia; otros acuden con su cuerpo astral, desdoblándose. Pero cada uno de vosotros tiene la posibilidad de participar en él por lo menos con el pensamiento. En el transcurso de esta ceremonia los hermanos de la luz entran en comunión con las entidades celestiales con el fin de atraer fuerzas cósmicas y propagar en el espacio ondas y vibraciones de la más elevada espiritualidad.

Si queréis participar en la reunión de todos estos Iniciados, debéis prepararos. Durante esta noche, no llevéis encima ningún objeto metálico, porque el metal no es un buen conductor de ondas que proceden de las regiones espirituales. Pero la única condición verdaderamente indispensable para ser admitido a esta fiesta es la armonía: prestad atención, no tengáis pensamiento negativo alguno, ningún sentimiento negativo en relación a los demás. Adoptad una actitud positiva que os permita uniros a los Iniciados, con el deseo de recibir las bendiciones que envían a todos los hijos de Dios.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: representación de Wesak