Ya hemos difundido alguna vez, la primera en 2002, el pensamiento de hoy.

Los mineros de Nueva Zelanda, los jóvenes del puente de Camboya, el sufrimiento de Haiti, tantos y tantos casos más que nos hablan de la fragilidad de la vida.

Hablamos en estos pensamientos de que la muerte del alma no existe, pero ello no exime del dolor de ver estas vidas truncadas.

Por eso la cita de hoy: porque aunque no podamos hacer nada en el plano físico, si podemos hacerlo en el sutil, enviando pensamientos benéficos, de salvación.

Alguien en lo alto los recoge y los transforma en flechas benefactoras que llegan donde tienen que llegar.

Dediquemos siempre unos minutos cada día para enviar estos pensamientos amorosos y de hermandad profunda a todos los que están sufriendo.

Que nuestros pensamientos de salvación acudan siempre volando, desde todas las partes del mundo.

Hay una magia que desconocemos, y ellos pueden ser parte de esa magia.

Que nuestras flechas lleguen.

A cada instante, alguien en algún lugar está pasando por un infortunio terrible. No olvidemos a los que están pereciendo; enviémosles pensamientos de ayuda. Quizá la gente no sea consciente de que siempre están produciéndose aflicciones, sin fin. En la Fraternidad éstas son conocidas, y flechas benévolas son enviadas. Incluso si no puedes determinar con exactitud el lugar de su destino, aún así proyecta tu pensamiento benéfico al espacio. Encontrará el rumbo correcto y Nuestra Ayuda se le unirá magnéticamente. Cuando los pensamientos de salvación acuden volando desde los diversos lugares del mundo, se descubre la Belleza ––en esto cada uno emulará a la Fraternidad.

535- Brotherhood (Fraternidad), 1937, Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: flores en recuerdo del niño David, en la aldea de Lugo