Traemos hoy precisas palabras del Papa Francisco.

Desde muy pequeños nos hemos enseñado a competir, a destacar unos sobre otros.

La consecuencia es la cultura del individualismo y del egoísmo, con el resultado de una gran brecha social que lejos de reducirse, aumenta.


En el horizonte hay una nueva cultura, la de la colaboración.

Su eje central es la buena voluntad.

En el otro hay un hermano, no un competidor, nos dice Francisco.

Sus palabras llegan y calan, porque están desprovistas de artificio, como las de Jesús.

Pero hasta la palabra hermano ha sido mancillada por los hombres, pues los hermanos matan por las herencias.

Y sin embargo, ése el comienzo: ver en el otro a un hermano, a uno que, como nosotros, tiene que encarnarse, separado del Padre.

Démosnos la mano.

«Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo: no es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad, no ver en el otro un competidor, sino un hermano»

Papa Francisco, encuentro con la clase dirigente, Teatro Municipal de Rio de Janeiro, 27 julio 2013. Foto: Parque Natural de Calblanque (Murcia), 9 noviembre 2013 (foto de Suhel)