Aïvanhov nos regala hoy un mensaje lleno de fuerza.
En el intento de hacer las cosas bien se ponen en funcionamiento fuerzas muy poderosas.
En cada acto y cada oportunidad que nos brinda la vida tenemos la posibilidad de elegir.
Una y otra vez, uno y otro día, toda una vida, podemos elegir construir por el bien, subir a la cumbre.
Es la mejor elección. La vida es muy corta.
Que aprovechemos cada oportunidad para hacer el bien, esa es hoy nuestra oración.
No os planteéis demasiadas preguntas sobre la utilidad de hacer el bien. Todo lo bueno que podáis hacer, bien sea con actos, con palabras, con sentimientos o con pensamientos, hacedlo, y dejad después que el tiempo termine su obra. Incluso aunque lleguéis a olvidarlo, un día, sin saberlo vosotros, este bien os perseguirá para recompensaros. Y añadiré aún esto: aprended a hacer el bien sin decir nada, sin querer que se sepa que sois vosotros quien lo habéis hecho. Así, no sólo sentiréis una alegría secreta, sino que despertaréis en los demás algo bueno: se sentirán obligados a preguntarse quien es este ser magnífico que no quiere mostrarse, y esto les impulsará a actuar de la misma manera hacia los demás.
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos (www.prosveta.es). Imagen: Fujiyama (1936), original de Nicholas Roerich