El pensamiento de hoy nos llama de nuevo a buscar esa chispa dentro nuestro que nos hace a “imagen y semejanza de”, que es la chispa divina.

Lo que nos ha llegado de algunas religiones es que esa chispa no existe, pero en el evangelio de San Juan se dice “Sois dioses” y en otras tradiciones se habla de las deidades que fuimos.

Evidentemente, cuando contemplamos el estado en el que vivimos los humanos, comprobamos que nos encontramos muy lejos del ideal.

Pero hubo seres que alcanzaron el ideal, y que manifestaron aquí en la tierra la gloria divina.

Hay una quintaesencia en el interior, y “la Divinidad a la que debemos servir habita en nuestra alma”, dice Aïvanhov.

Por eso, vivir la vida con dignidad es el primer paso para ir a la búsqueda de esa quintaesencia.

Es breve el tiempo que estamos aquí, comentamos con frecuencia. Pronto surgen las arrugas y las canas, y el cansancio. Pero junto a ellos puede también brotar la sabiduría.

La sabiduría, la comprensión de todo, nos llama. Acudir a esa llamada es una responsabilidad. No debemos permanecer más tiempo en la ignorancia.

Aquél que se pone al servicio de Dios no sirve a un ser externo a él; por esto es imposible que pierda su libertad, al contrario, la conquista. Éste es el fundamento de la religión. Mientras los humanos no busquen descubrir y servir a Dios en sí mismos, tendrán de Él un concepto, una imagen incompleta o deformada. Y es normal que el pensamiento de ponerse al servicio de una fuerza que se halla no se sabe dónde, y que quizás no exista, sea para algunos insoportable.

Servir a Dios… Esta idea sólo será correctamente comprendida y aceptada si el ser humano toma conciencia de que la Divinidad a la que debe servir habita en su alma. Cuando más se consagre a ella, más se aproximará a ella y entrará en comunicación con ella. Gracias a su trabajo, logrará disolver las escorias acumuladas en él por sus pensamientos, sus sentimientos y sus deseos inferiores. Así, descubre poco a poco la quintaesencia de su ser que es la quintaesencia de Dios mismo.

Omraam Mikhäel Aïvanhov,  Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: fiesta de fin de curso de Anand Bhavan (la Casa de la Alegría), Howrah, Calcuta, 24 abril 2010