Cada día tenemos posibilidad de ayudarnos unos a otros o de hacernos daño.

Nos olvidamos del antiguo adagio indio que reza: “hiriéndote me hiero”.

Cuando lanzamos la flecha del odio y del mal, ya es irrecuperable.

También con la palabra puede hacerse mucho daño. Y con el pensamiento.

El daño que hacemos nos vuelve y nos volverá con gran fuerza, una y otra vez. Es la ley del karma.

Lo mismo ocurre con el bien.

La Hermandad tiene sus reglas.
 
“No causes sufrimiento – ese es el Mandamiento impartido por la Hermandad al peregrino. Que el peregrino se de cuenta que es más fácil no causar sufrimiento que tratar con éste después. Si la humanidad renunciara a causar sufrimiento la vida se transformaría inmediatamente. No es difícil no causar tormento al amigo. No es difícil pensar cómo evitar infligir dolor. No es difícil imaginar que es mucho más fácil no permitir que se produzca una enfermedad que tener que curarla luego.

No causes sufrimiento – ese es el Mandamiento de la Hermandad.”

“Brotherhood” (Hermandad), Sutra 571,  Agni Yoga Socierty, 1937. Imagen: niños en el colegio Kumwenya, Kimia, Uganda, promovido por Kelele Africa, 20 marzo 2015 (Eva Henrich)