Maria Egea nos ha mandado este fantástico mail que circula estos días por la red y lo hemos convertido en pensamiento simiente.
Es una guía para recuperar la libertad y volver poco a poco a nuestra esencia, para eliminar la mentira y la basura de nuestras vidas, para quitarnos muchísimo peso de encima y para empezar a vivir de otra forma.
Para recuperar la sencillez de las cosas.
Porque podemos vivir de otra forma, si recordamos quiénes somos y de dónde venimos.
Algunos hablan de que podríamos ser deidades, pero para vivir con dignidad es preciso eliminar toda la basura de la que nos rodeamos.
Si todos lo hacemos empezaremos a construir un mundo nuevo. Sin necesidad de grandes gestas: simplemente por inanición del mundo antiguo, el de la mentira, el de la basura.
Está construcción pacífica está a nuestro alcance y solo hace falta que la masa crítica sea abrumadora.
Que cada uno de nosotros aporte su pequeño peso a esa masa crítica, ése es el reto.
¿Qué pasa si hay una guerra y no vamos nadie?
¿Qué pasa si hay una vacunación pandémica fraudulenta y no vamos nadie?
¿Qué pasa si nos llaman a votar en unas elecciones de falsa democracia, y no vamos nadie?
¿Qué pasa si nos estimulan a ir al cine a ver películas-basura, o a sumergirnos en actividades y distracciones estúpidas, y no vamos nadie?
¿Qué pasa si nos inducen a ver la nefasta televisión, y no la vemos nadie?
¿Qué pasa si nos recomiendan leer la prensa-basura de siempre, y no la leemos nadie?
¿Qué pasa si nos aconsejan escuchar la radio-basura de siempre, y no la escuchamos nadie?
¿Qué pasa si nos estimulan a leer las revistas-basura de siempre, y no las leemos nadie?
¿Qué pasa si nos alientan a oír música alienante y tóxica, y no la oímos nadie?
¿Qué pasa si nos incitan a beber alcohol en exceso “para divertirnos”, y no bebemos nadie?
¿Qué pasa si nos incitan a comprar y consumir productos alimenticios degradados de animales torturados, y no lo hacemos nadie?
¿Qué pasa si nos animan a ir, pagar y ver fútbol -donde personas que dan patadas a un balón cobran al año en conjunto más que el presupuesto de muchos países pobres, donde miles de niños mueren de hambre-, y no vamos nadie?
¿Qué pasa si nos inducen a comprar en comercios e industrias corruptas y explotadoras, y no lo hacemos nadie?
¿Qué pasa si nos incitan a comprar y utilizar artículos , aparatos y cosas que realmente no necesitamos, y no los compramos nadie?
¿Qué pasa si nos inducen a seguir modas, usos o convenciones absurdas, frívolas o degradantes, y no las seguimos nadie?
¿Qué pasa si nos recomiendan adquirir los medicamentos de las compañías farmacéuticas criminales, y no lo hacemos nadie?
¿Qué pasa si nos exhortan a aplicar el calendario de vacunas nocivas a nuestros hijos, y no lo hacemos nadie?
¿Qué pasa si destapamos que las grandes compañias farmacéuticas crean las pandemias en laboratorios, vendiéndonos luego el “remedio”, y ya no se lo permitimos más?
¿Qué pasa si revelamos que el sistema sanitario entero sustenta el gran negocio de la enfermedad -siendo una herramienta del poder global para promover nuestro deterioro, debilidad y dependencia-, y lo purgamos de arriba a abajo?
¿Qué pasa si nos instigan a luchar y competir los unos con los otros, y no lo hacemos nadie?
¿Qué pasa si nos quieren seguir endosando e imponiendo tradiciones, costumbres e instituciones que manifiestamente conculcan los Derechos Humanos y la integridad de las personas y seres vivos, y ya no las consentimos?
¿Qué pasa si nos adoctrinan con la superioridad o poder de una raza sobre otras, y ya no lo toleramos?
¿Qué pasa si pretenden generar una guerra de sexos, y ya no entramos en ello?
¿Qué pasa si nos quieren mantener siempre divididos, enfrentados e ignorantes de la Gran Familia humana y planetaria que somos, y nosotros tomamos conciencia y no se lo permitimos más?
¿Qué pasa si nos quieren convencer de que somos sólo materia y química casual e intrascendente -para así evitar que reconozcamos y accedamos a nuestra naturaleza infinita, eterna y absoluta de Luz y Amor-, y ya nadie les creemos?
¿Qué pasa si los libros de historia y los centros científicos y educativos sólo enseñan y cuentan la versión y el conocimiento oficial que al poder global más le interesa para mantenernos dependientes e ignorantes, y ya no les damos más crédito?
¿Qué pasa si nos quieren confundir, distraer y alienar con propaganda y desinformación masiva, para controlarnos mejor, y no se lo permitimos?
¿Qué pasa si nos quieren ocultar todo lo que se hace y se mueve a nuestras espaldas, y no se lo consentimos?
¿Qué pasa si nos fumigan diariamente con químicos desde aviones irregulares, y ya no lo aceptamos?
¿Qué pasa si quieren acabar con las especies naturales a través de la modificación genética, y apropiarse y lucrarse de la alimentación mundial y de la propia vida, y no se lo permitimos?
¿Qué pasa si nos niegan el acceso a las tecnologías de energía libre, limpia e inagotable -para seguir imponiendo su gran negocio de los combustibles- y no se lo permitimos?
¿Qué pasa si quieren ocultarnos que la actividad solar es la que realmente está detrás del cambio climático, y ya no caemos en su trampa de sometimiento total a través de un Gobierno Mundial no electo, disfrazado de benefactor medio ambiental?
¿Qué pasa si nos quieren tener en un constante estado de miedo y terror para -con el pretexto de la seguridad y la prevención- legitimar su creciente control y poder sobre nosotros, y ya no caemos en su juego?
Foto: mujer en Mount Abu, India, mayo 2009