«Lo magnífico de la ciencia de los sabios y de los Iniciados, es que ofrece unas perspectivas infinitas. Nunca llegaremos a la meta. Sí, lo exaltante es esto: saber que siempre habrá algo por descubrir, algo por realizar. Algunos, por el contrario, dicen: «¡Es tan largo!… ¡tardan tanto los resultados!… abandono…» Y escogen una meta que puedan alcanzar en unos años. La alcanzan, en efecto, y están contentos porque han acabado obteniendo lo que deseaban. Pero, ¡cómo no se dan cuenta de que, de alguna manera, ellos también están «acabados», porque se lanzaron en busca de algo acabado!
Sólo aquéllos que han comprendido que hay que buscar lo infinito, lo ilimitado, lo que está más allá del tiempo y del espacio, seguirán sintiéndose siempre vivos, porque la vida verdadera es la inmensidad, la eternidad. No os refugiéis pues en aquello que es accesible, limitado: abrazad lo infinito y vuestro gozo será también infinito. Será la luz, la fuerza y la plenitud de todo vuestro ser.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Bogdo Ula, pintura de Nicholas Roerich (1927)