Tenemos la posibilidad de cambiar de plano, de dimensión.

Nos dice Aïvanhov que ese cambio de plano supone salir del mundo de la fatalidad para entrar en el de la gracia.

El mundo de la gracia está aquí y ahora, está muy cerca, mucho más de lo que pensamos.

Está realmente a nuestro alcance, si lo buscamos. A veces llega inesperadamente, y se instala en nosotros unas horas, quizás un día entero.

Es un plano transformador, es otra dimensión de vida que no tiene nada que ver con la vida normal.

Está a la espera de que lo encontremos, si lo buscamos de verdad.

Vale la pena buscarlo.

Debido a las faltas que ha cometido en sus encarnaciones precedentes, el hombre debe padecer su destino; los hindús dicen que se tiene que pagar un karma. Pero esto no significa que no pueda reaccionar…. Por el contrario, debe combatir con las armas del amor y de la luz, a fin de triunfar sobre su destino y entrar en la orden de la Providencia. Desde ese mismo momento, ya no hay destino para el hombre que ha llegado a vivir en la luz. Ha cambiado de plano, las leyes ya no son las mismas, ha salido del mundo de la fatalidad para entrar en el de la gracia.

Las semillas de la felicidad, Omraam Mikhaël Aívanhov (1900-86), p. 125 de la versión en español, Colección Izvor, Ediciones Prosveta (www.prosveta.com)