En el Evangelio de San Juan se nos dice: “sois dioses”. La afirmación coincide con la de las enseñanzas del hinduismo.

El pensamiento de hoy contiene la misma idea: la posibilidad de liberarnos, también en la tierra, y  de vivir de acuerdo con nuestra naturaleza original.

La ilusión o maya que creemos que es la realidad se afirma y reafirma permanentemente. Y las fuerzas que nos arrastran hacia esa ilusión son poderosísimas.

Nos dejamos arrastrar.

Pero cuando empezamos a salir de esa ilusión, a despertar, empezamos a vislumbrar ese otro mundo, que es el nuestro.

El hombre que contacta con su espíritu empieza a entender la delicada arquitectura de la creación, y empieza a ver a Dios en todo y en todos, y recupera el concepto y la práctica de la dignidad perdidos.

Entra en esa dinámica de vida que tan bellamente expresa el Bhagavad Gita: “ni conturba ni es conturbado por el mundo”.

Nara o Narayana, se nos dice hoy, y se nos pide que eljamos.

Es tiempo de aspirar a ser realmente, en pensamiento y en acción, hijos de Dios.

Badri es el lugar de perenigración en los Himalayas donde el vínculo nara-Narayana (hombre-Dios) se afirma y se conmemora. Ustedes lo pueden establecer aquí. Si se deshacen de la ilusión, se convierten en Narayana; si se hunden en la ilusión, siguen siendo “nara”, nada más.

Sri Sathya Sai Baba (1926-2011). “Sadhana, el sendero interno”, capítulo 6, apartado 20, Ediciones Shatya, p131. Foto: Rinki en la fiesta de fin de curso de Anand Bhavan (la Casa de la Alegría), 24 abril 2010