Al salir de casa cada mañana podemos reparar en la vida alrededor.

Podemos saludar a los árboles, al viento, a las estrellas, a la luna, al sol.

Podemos entrar en comunión inmediatamente con esa realidad y maravillarnos de los colores del amanecer, del anochecer.

El frío del invierno, el calor del verano.

El pensamiento de hoy nos invita a pensar en todo lo que está vivo pero en lo que no reparamos.

La vida se manifiesta por doquier, con gran fuerza.

Detrás de lo aparente, más allá de la oscuridad, algunos pueden discernir las notas de una sinfonía.

Pero tantas veces no escuchamos nada, pues estamos centrados en nuestros pensamientos oscuros, en el ruido que nos rodea.

Todos los que han tenido una experiencia de muerte clínica pero que no han muerto hablan de esa sinfonía, de esa luz.

Podemos quitar velos también en esta vida, desde este cuerpo y esta mente, para ver más. Para entender más.

Entonces captaremos esa vida en mayúsculas.

Los humanos tienden a pensar que sólo ellos en el universo están verdaderamente vivos y son inteligentes. Pues bien, eso es falso, y esta idea errónea es la causa de que desde siglos, la muerte se haya instalado en la cultura y mentalidad de la gente. Si queréis estar verdaderamente vivos y ser inteligentes, pensad que todo a vuestro alrededor, las piedras, los árboles, las montañas, el cielo, el sol están tan vivos y son tan inteligentes como vosotros, e incluso más. He aquí la psicología de los Iniciados.

Mientras los humanos imaginen que son las únicas criaturas pensantes y que todo el resto del universo no piensa, no comprende, no es sensible, no podrán realizar ningún progreso. Pensad que el sol es un ser inteligente y vivo, y os instruirá. Un día, el mundo entero se verá obligado a reconocer esta verdad.

Omraam Mikhäel Aïvanhov, 1900-86. Pensamientos cotidianos. www.prosveta.es. Imagen: Pintura de Nicholas Roerich: “Greatest and Holiest of Tanglia”, 1932