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El pensamiento que hoy nos regala Aïvanhov es muy simple y muy luminoso.
Esta relación entre el agradecimiento y la alegría es una ley oculta.
Si: la alegría nos hace sus maravillosas visitas de cuando en cuando.
Pero a los que agradecen, a los que están en actitud receptiva, les visita de contínuo. Es más, nunca se va. Siempre está dentro.
Para ellos la alegría no requiere da grandes acontecimientos o circunstancias.
Hablamos con mucha frecuencia en estas notas de dar gracias, desde la “el crepúsculo de la mañana hasta el de la noche”.
Tanto que agradecer y a cambio esas visitas maravillosas de la alegría…
La verdadera alegría es una disposición del alma que, más allá de las dificultades, los obstáculos y las penas, siente la vida como un don de Dios por el que sólo puede sentir gratitud y la necesidad de agradecer.
Si queréis recibir a menudo las visitas de la alegría, cultivad en vosotros ese sentimiento de gratitud hacia el Creador, pero también hacia la naturaleza y los seres humanos. De esta forma, aunque no tengáis ningún motivo para alegraros, este sentimiento que os habréis acostumbrado a mantener, llegará y os cogerá por sorpresa. Como aquellos amigos que llegan algunas veces de imprevisto a haceros una visita que no esperabais.
Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos. www.prosveta.es.. Imagen: Pintura de Nicholas Roerich: “Kiss to the earth” 1932