Evocamos hoy las grandes posibilidades.

Ser príncipe, abrazar la nobleza de los grandes seres, mirar a lo alto.

Llevar la luz dentro, para distribuirla como el aguador el agua.

Iluminar la oscuridad, aunque a veces la oscuridad lo domine todo.

Afirmarnos en nuestra realidad espiritual para desde ella vivir la materia con la mayor dignidad.

Ser príncipe, para decir al mundo que la dignidad y la valentía deben tomar el testigo de la indignidad y la cobardía.

Un príncipe valiente yo quiero ser…

Un príncipe valiente
Yo quiero ser
Tener un blanco caballo
Y subir a la montaña con él
El dragón me está esperando
Pero yo le venceré
Con mi espada reluciente
Sus cabezas cortaré
Y la luz del sol radiante
En mi alma llevaré

Poema de un niño de la enseñanza Waldorf, dado por su profesor para que lo recite justo antes de dormir durante todo el curso