Los Aliados Invisibles nos han dejado por todas partes mensajes de pureza y de propósito.

Nos dicen: los apoyos terrenales son débiles pero vuestras fuerzas conectadas a lo eterno son grandes.

Cada día podemos conectar con esas fuerzas, pero hay que buscar el momento: el fuego arde, pero hay que cuidarlo.

Las fuerzas no están a nuestro alcance si permanecemos en la periferia, en la algarabía.

Pero si buscamos con inteligencia, aparecen, y el escudo de los Aliados Invisibles nos protege y los hermosos estandartes nos animan.

La gran batalla tienen lugar en nuestro interior, entre la mentira y la verdad.

Cuando vencemos en esa batalla, emerge el hombre auténtico.

Mi Nombre provoca oposición en vuestros enemigos,
y Mis Mensajeros deben ayudaros en vuestra batalla.
Los apoyos terrenales no son fiables; pero bajo el cobijo de vuestros
Aliados Invisibles, venceréis.

Las hojas del Jardín de Morya, La llamada, 1924, sutra 168, Agni Yoga Society, Nueva York. Imagen: Pintura de Nicholas Roerich: “Prince Igor’s Campaign”, 1942