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Tanto como podáis, esforzaos en elevaros interiormente muy alto, y permanecer allí el mayor tiempo posible. Elevarse y permanecer en las alturas significa no dejar jamás de ser noble, justo, generoso. Las alturas de las que os hablo, son la grandeza y la luz que están en vosotros, y esta grandeza y esta luz, os enseñan que es necesario saber descender para ayudar a vuestros hermanos los humanos.
Aunque viváis y trabajéis en la tierra entre los humanos, hay que evitar descender interiormente, es decir dejarse llevar por tendencias inferiores o participar en empresas egoístas o deshonestas. Para elevaros, no imitéis jamás a esta gente altiva, inaccesible y dura que no quiere rebajarse para tender su mano. Tomad más bien el ejemplo del sol: desciende hasta nosotros, nos calienta, nos ilumina, nos envía sus mensajes, su alma, su amor, nos da su vida, pero él mismo permanece eternamente en las alturas.
Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, editorial Prosveta. Foto: remero en el Ganjes, abril 2010