Hoy se nos nos habla del esfuerzo, del noble empeño.

Se nos dice que el resultado poco importa, pues lo que cuenta es la transformación interna.

Los hombres de hoy, sin embargo, estamos  atrapados en el paradigma contrario, para el que solo importa el resultado, cualesquiera que sean los medios para lograrlo.


Vindica así el pensamiento de hoy una regla muy simple: hacer el bien sin esperar nada a cambio.

Pero el mundo sutil tiene sus leyes precisas: al hacer bien lo recibimos todo, aunque no recibamos nada material.

El resultado, se nos dice, aparece primero en nuestro corazón y nuestra alma.

Porque nada de lo que hacemos queda inerte en el Libro de la Vida.

Cada pensamiento noble cuenta, y el Maestro observa cómo crece una brizna de hierba.

Dijo el Maestro: “Amigos, mirad hacia adelante, olvidad el pasado, pensad sobre el servicio a prestar en el futuro, y vendré a aconsejaros”.

«En todo lo que emprendemos, sea cual sea el dominio, material o espiritual, lo que cuenta son nuestros esfuerzos. El Cielo nunca considera el éxito, sino solamente los esfuerzos. Sólo él decide sobre los éxitos, porque todo lo que hacemos se inscribe en un conjunto y debe servir, por tanto, a los planes del Creador, estar de acuerdo con ellos; y quizá no esté previsto en absoluto que los proyectos en los que estamos trabajando se realicen tal como nosotros deseamos. Únicamente los esfuerzos nos pertenecen, no el éxito.

Dejad pues que los seres de arriba decidan sobre el momento en el que vuestros esfuerzos se vean coronados por el éxito. Y si todavía no es el caso, decíos: «De momento, es verdad, mi trabajo todavía no ha producido nada aparentemente, pero en realidad sé que desde hoy mismo ya produce frutos.» Sí, porque los resultados aparecen primero en vuestro corazón y vuestra alma, ¿acaso no lo sentís? Nada de lo que hacemos se queda inerte o estancado.»

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Foto: monjes de la orden del Interser preparándose para la ceremonia de liberación de peces, en el Rio Perfume, Hue, Vietnam, 2 de octubre de 2014 (Jorge Tamames)