Aïvanhov nos habla de vivir la vida eterna desde donde estamos.
Nos sugiere expandir nuestra consciencia humana hacia una consciencia ilimitada y universal, ir al encuentro de la vida eterna.
Las enseñanzas nos dicen que contamos con el equipo adecuado para ello.
Con la práctica, con la perseverancia, esa conexión mágica se hace más y más posible.
Está al alcance en esta tierra, aquí, ahora.
Hay un principio divino que está en nosotros, a la espera de ser rescatado.
Conectaos pues con el principio divino, con Cristo para vivir la vida eterna, para transformar vuestra conciencia personal, limitada y puramente humana en una conciencia ilimitada, universal, una conciencia de eternidad. Por eso os digo: no penséis en el tiempo, ni en las preocupaciones, ni en las tristezas, olvidad incluso vuestras imperfecciones y vuestras lagunas… Ocupaos del centro, del principio divino que hay en vosotros, concentraos en la vida eterna.
{jcomments on}Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Nueva luz sobre los Evangelios, colección IZVOR, p 168 editorial Prosveta. Foto: niñas en la sala de espera del dispensario médico de Pilkhana, Bengala, India, 31 enero 2011