«Cada mañana tenemos necesidad de entrar en contacto con este poder luminoso, caluroso, vivificante, que es el sol que está saliendo. Pero este contacto, sólo es verdaderamente realizable, si nuestra cabeza y nuestro corazón están libres de toda clase de pensamientos y de sentimientos que nos alejan a miles de leguas del sol. Y debemos también estar suficientemente bien dispuestos físicamente, para permanecer ante el sol manteniendo toda nuestra vigilancia. Tres condiciones, pues: liberar el pensamiento, liberar el corazón, y estar en un buen estado físico. Entonces, podemos concentrarnos para recibir los rayos del sol que están vivos, que son poderosos, ricos, e imaginar que los almacenamos en las células del cerebro y, sobre todo, en el plexo solar. Porque el plexo solar es como un depósito de energías del que podremos, después, extraerlas para llevar a cabo nuestras tareas cotidianas.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Playa de Razo, La Coruña, 29 de mayo de 2016 (cortesía de Koldo Aldai)