Hay pensamientos que nos fortalecen.

Están ahí, en nuestro interior, y podemos rescatarlos.

Habla Aïvanhov del lado amable de la vida, incluso más, habla de aquellos instantes en que hemos comprendido la belleza y el sentido de la vida.

Algunos podrán decir que ha sido con frecuencia: han recibido este regalo.

Otros en cambio muy raras veces.

Pero el momento está ahí para rescatarlo.

Fuerzas poderosas pueden venir en nuestra ayuda.

Todos habéis vivido algunos momentos de alegría, de felicidad… Así pues, buscad estos momentos. Incluso aunque sólo hayáis tenido tres o cuatro en vuestra existencia, o sólo uno, recordadlos a menudo, recordad el lugar, las circunstancias, las personas, concentraos para revivir los mismos pensamientos, los mismos sentimientos, las mismas sensaciones. Poco a poco, tendréis la impresión de que estáis viviendo de nuevo estos estados con la misma intensidad que si estuvieran sucediendo en este mismo instante.

Lo esencial nunca se halla en lo que procede del exterior, sino en lo que sentís interiormente. Buscad por tanto todos los instantes en los que habéis comprendido, sentido la belleza y el sentido de la vida. Que todos estos momentos estén a vuestra disposición para el día que los necesitéis. He aquí un método más de trabajo. Y haced incluso de manera que entre estos recuerdos podáis elegir, porque dependiendo de las circunstancias, de la misma manera que una música es más apropiada que otra, tal recuerdo os ayudará y os aportará más cosas que otro.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86): pensamientos cotidianos. Foto: chiquitines en la guardería del dispensario de Pilkhana, Howrah, Calcuta. Mayo 2009.