Hoy se celebra el plenilunio de Wesak.
La antigua tradición habla del Cristo y del Buda haciéndose presentes para irradiar Su amor por la humanidad.
Se nos pide que seamos canales transmisores de ese amor.
Wesak supone una oportunidad para parar, para mirarnos desde fuera, para recapitular, para con mucha humildad empezar de nuevo.
Para ajustarnos y en la medida de lo posible ser transmisores del bien.
Es una oportunidad para quitarnos el polvo del camino, reconocernos en el otro, y continuar caminando en silencio con el corazón limpio.
Es una ventana para perdonar y para perdonarnos y para enviar los pensamientos más puros y más nobles a todos los seres vivientes.
“Veo, y cuando el ojo está abierto, todo es luz”, se nos dice en Wesak.