«Todo lo que existe en el universo está atravesado por las corrientes de la vida cósmica; cada ser, cada objeto conserva sus huellas, y estas huellas pueden ser recuperadas. Del mismo modo, los pensamientos, los sentimientos, los actos de los humanos, sus aspiraciones, sus anhelos, sus proyectos y sus oraciones se alejan de ellos para partir en todas las direcciones; nada desaparece.
Y no sólo todo se propaga, sino que todo queda registrado y, en un momento u otro, puede ser recuperado. La vida que circula a través del espacio puede ser captada en cualquier lugar del universo. Si nosotros no lo logramos, es debido a que no poseemos los aparatos físicos o psíquicos apropiados; pero la realidad es ésta: las ondas producidas por nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos se propagan y debemos tener cuidado para procurar que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos sólo produzcan ondas benéficas.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amanecer en Melbourne, Australia, 1 enero 2016 (Victor Perton)