Transitamos por la vida dando la espalda a lo que podríamos ser.
Es como si negáramos nuestro potencial.
Es muy importante que recordemos quiénes somos.
Que cada día hagamos ese espacio de silencio y reflexión para recordar: para renovar el propósito y el compromiso del que quiere vivir en dignidad.
Pues el tiempo es breve, y cada persona comprometida, ayuda en la gran tarea, que no es otra que traer el nuevo mundo.
Nuestro tiempo aquí es muy breve: hagamos por vestir todo de la mayor dignidad.
No hay mayor regalo que vivir en dignidad.
Que nuestro esfuerzo pueda transformarse en fuerza
Que la luz que recibimos pueda irradiar sabiduría
Que las palabras que hablamos puedan generar bondad cuando sirvamos fielmente al espíritu
Rudolf Steiner. Foto: Las hermosas montañas del Atlas, en Marruecos, diciembre 2005. Cortesía de Jonás Cruces