Hoy nos llegan vigorosas palabras de ánimo.
Caemos, nos levantamos, pero hay un camino.
Es el sendero del ascenso, en el que podemos sintonizar la armonía del Universo.
Nuestra antena, que está desconectada, puede conectarse a esa armonía.
Los cielos son insondables, se nos dice, pero inmensa nuestra fortaleza.
Me tropiezo: gracias por darme tu mano para ayudar a levantarme.
Que nuestro esfuerzo hacia el Bien sea noble y puro.
Encaminad a vuestros amigos hacia la rectitud.
No ocultéis Nuestras Comunicaciones.
Seguid Nuestras Enseñanzas con vuestro corazón.
Esforzaos y percibiréis la luz.
Yo señalaré el camino – el corazón comprenderá Nuestra Señal.
¡Observad! Los Instructores revelarán una lira y milagrosamente, su poder os conferirá el don del encantamiento.
Contemplad la bienaventuranza que se os envía.
La dedicación es el requisito de aquellos que se esfuerzan en el sendero de ascenso.
Quienes con un corazón rebosante cumplen Nuestras peticiones sintonizarán sus oídos con la armonía del Universo.
Al traeros felicidad, mostramos Nuestra Confianza en vuestro esfuerzo hacia el Bien.
La Verdad está con vosotros – preparaos para recibirla.
Así como los cielos son insondables, así de inmensa es vuestra fortaleza.
Las hojas del jardín de Morya, sutra 5, 1924 Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: Bhutan, mayo 2010