Se nos habla de la pantalla opaca que distorsiona lo que vemos y sentimos.

Todas las tradiciones hablan de quitar los velos, para finalmente ver lo que siempre es (en última instancia, la Unidad).

Despertar a la consciencia es despertar a la realidad más allá de las formas distorsionadas por los velos de la ignorancia.

La visión depende de la mirada, pues es la mirada la que emite amor, comprensión, ofuscación, odio.

Mucha gente vive enfadada y enfrentada con todo y con el mundo porque su mirada nace ya enfadada y enfrentada.

La puesta de sol de la imagen de hoy puede vivirse desde la paz o desde el conflicto.

Cada uno de nosotros construimos un mundo desde nuestra mirada.

La pantalla opaca, si, es creación nuestra.

«Por la mañana, cuando abrís vuestra ventana o cuando salís de casa, veis el cielo, el sol, los árboles… Esforzaos por mirarlos como si los vieseis por primera vez: así descubriréis en ellos toda una vida sutil de la que no os habíais dado cuenta hasta ahora, porque habíais dejado que se interpusiera una pantalla opaca entre vosotros y la realidad. El día en que os hayáis desprendido de esta pantalla, poseeréis la verdadera visión, la verdadera inteligencia de las cosas. La verdadera inteligencia es como una fuente que brota, por eso nos presenta una visión siempre nueva que nos llena de admiración.

Verlo todo por primera vez: debéis aprender a cultivar esta actitud, no sólo con respecto a la naturaleza, sino también con respecto a los humanos. Entonces, no sólo haréis unos descubrimientos insospechados, sino que os volveréis mucho más interesantes y simpáticos hacia los demás.»

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86),“Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta. Imagen: anochecer en Antigüedad (Palencia), 30 junio 2015 (Marga Lamoca)