«No basta con encontrar la verdad. Una vez hallada, una vez comprendida, hay que serle fiel, trabajar para servirla con tenacidad, constancia, paciencia. De lo contrario, ¿cuál es su utilidad? ¡Pero cuántas personas que creen haber encontrado la verdad en una religión o en un movimiento espiritual no hacen nada más o se contentan con predicar a los demás! En realidad, encontrar la verdad es un trabajo sin fin al que debemos dedicarnos sin descanso para poderlo realizar en nuestra vida diaria.
Desgraciadamente, debemos sin embargo admitir que la constancia y la estabilidad no son las cualidades más extendidas entre los humanos. En cambio, en la Iniciación, son precisamente estas cualidades las que se exigen del discípulo. En el antiguo Egipto, se consideraba que la mayor victoria del Iniciado era poder decir un día: «Soy estable, hijo de estable, concebido y engendrado en el territorio de la estabilidad.»»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen:“From beyond” (1936), pintura de Nicholas Roerich