«A fuerza de trabajar sobre su propia materia, un Iniciado es un ser que ha logrado liberar a su espíritu. Y una vez libre, su espíritu va por todo el mundo aportando luz y consuelo a las criaturas. ¡Hay tanta gente en la tierra que se siente desgraciada, que sufre, que está en las tinieblas! Incluso durante su sueño, el Iniciado puede ayudarles con su espíritu. Su cuerpo descansa mientras trabaja su espíritu, porque el espíritu no necesita descanso.

Vosotros también podéis comenzar este trabajo, a condición de que aprendáis a prepararos para el sueño. Antes de dormiros, decid: «Voy a abandonar mi cuerpo esta noche para ir a instruirme en el mundo invisible y ayudar a los humanos.» Pensad a partir de ahora en dormiros con este magnífico fin. Así realizaréis también el precepto dado por Jesús: «Velad».»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amanece en Foncebadón, Camino de Santiago (León), 25 de febrero de 2016 (el Trasgu de Foncebadón)