Así pues, en vez de pasaros tardes enteras tumbados en las playas, tomando el sol, embruteciéndoos y perdiendo el tiempo, asistís por la mañana a la salida del sol: ahí sentiréis como vuestro espíritu se vuelve cada vez más lúcido y más penetrante. No se trata de no exponerse más al sol, sino saber dónde, cuándo y cómo hacerlo para que sea verdaderamente beneficioso para vosotros. ¡Esta transposición puede ser realizada con tantas otras actividades! Vosotros sois quienes debéis ver, analizándolas, cómo podéis desplazarlas a un plano superior.»
Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: cormorán en las lagunas de Rivas (Madrid), 13 noviembre 2017 (cortesía de David Caballero)