«Antes de meditar, de rezar, o de contemplar la salida del sol, decíos: «Estoy con la pureza, estoy con la luz, estoy con mi bien amado, el Señor, estoy con mi bien amada, la Madre divina, nada debe ser más importante que este momento en el que puedo comulgar con ellos.» Y dejad vuestras bolsas, vuestras cargas, presentaros ligeros, libres ante la Divinidad y los esplendores de la naturaleza. Es así como encontraréis la solución a muchos de vuestros problemas interiores, a situaciones que creíais hasta ahora inextricables.
Para ver, para comprender, para recibir los efluvios del mundo espiritual, hay que estar ahí, presentes. Tomad ejemplo de los hombres y las mujeres que viven un gran amor: cuando están juntos son capaces de olvidarlo todo. Cada uno sumerge su mirada en la del otro, y cuando quieren describir lo que han visto, sólo hablan de luz y de inmensidad.»
Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos. Editorial Prosveta. Imagen: saliendo desde Hontanas, Burgos, Camino de Santiago, 18 junio 2016