{jcomments on}
Hoy recibimos palabras de fuerza y de aliento.
En el camino hay un amigo, un custodio, un padre.
Está muy cerca, nos acompaña siempre.
“La lluvia no te mojará, ni el ardiente sol te causará sufrimiento”.
La vida está llena de pruebas y de la más dura de ellas —la muerte— salimos victoriosos, porque no hay muerte en el sentido que realmente importa.
(En el maya, en la ilusión, construimos estructuras falsas).
Se nos invita a vivir con confianza, y en confianza, pues el Maestro está siempre a la puerta.
La puerta del alma quiere abrirse, para que frecuentemos la cámara secreta.
Nos esforzaremos para lograr la Bienaventuranza.
Nunca estamos solos…
“Pasa por la vida en Mi Nombre”, se nos dice.
¡Qué preciosa invitación!
«Discípulo, ¿por qué tienes pensamientos que no pueden cumplirse?
Que la languidez de tu espíritu no disipe tu fuerza.
Mi Loto es la alegría de los que visitan Mi Jardín.
¡Niños! Acción, acción, acción.
Los pensamientos positivos hacen surgir las vibraciones del Alma del Maestro.
Recuerda, que el Alma del Maestro es tu morada.
No lo olvides, al esforzarte por lograr la Bienaventuranza.
Estoy hablándote en nombre de la humanidad.
El Maestro está siempre ante tu puerta, pero deja la puerta abierta.
Espéralo y Él responderá a tu llamada.
Así como la flor responde al llamamiento del sol de la mañana.
Pasa por la vida en Mi Nombre y conquistarás la oscuridad.
La lluvia no te mojará, ni el ardiente sol te causará sufrimiento.
Pues Yo soy tu Custodio, tu Amigo y tu Padre».
Las Hojas del Jardín de Morya I, La Llamada, sutra 324 1924, The Agni Yoga Society. Imagen: fiesta e fin de curso en Anand Bhavan, programa Colores de Calcuta, abril 2010