Ayer Sister Jayanti dio una preciosa charla sobre la necesidad de controlar nuestro pensamiento para tener una mente clara, antesala de un corazón compasivo.

El pensamiento de hoy tiene bonita sincronía con lo que dijo, cuando afirma que somos responsables de nuestros pensamientos y a partir de ahí de nuestros sentimientos.

Un pensamiento negativo altera nuestro orden interior y requiere de mucho tiempo para restablecer ese orden, esa calma.

La alteración se dispara cuando caemos presa de la ira, del enfado, de la negatividad.

Aïvanhov hila en su pensamiento de hoy con lo que nos decía Sister Jayanti: las corrientes armoniosas o desarmoniosas tienen primero un efecto en nosotros, pero también más allá, en todos los seres cercanos o lejanos de los mundos visibles o invisibles.

Por eso hablamos de responsabilidad de lo que pensamos: responsabilidad primero con nosotros, luego con el mundo.

La enseñanza es de una simpleza apabullante, pero si embargo nuestros pensamientos están desbocados y fuera de control.

Sister Jayanti volvió a invitarnos ayer a ser paz para crear la paz, a pensar bien para crear el bien.

Nos dio así un gran regalo, pues nos sugería, amorosamente, a iniciar el camino de la liberación.

«El hecho de que los objetos sean inanimados no implica que os podáis permitir tratarlos de cualquier modo. Diréis: «¿Acaso es tan importante esto? Estos objetos no sienten nada. Cualquiera que sea la manera que los tratemos, no pueden ni sufrir ni sentir alegría.» Es verdad, no sienten nada, pero según sea vuestro comportamiento sois vosotros quienes sufriréis o sentiréis alegría, porque todo lo que hacéis produce corrientes positivas o negativas, armoniosas o desarmoniosas. Estas corrientes primero tienen un efecto en vosotros, pero también, más allá de vosotros, en todos los seres cercanos o alejados de los mundos visibles e invisibles. Sois responsables de todo lo que hacéis, de vuestros pensamientos, vuestros sentimientos, vuestros actos, nada permanece sin consecuencias, y vosotros sois o bien la víctima, o bien el beneficiario.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta. Imagen: desde la la cumbre del Weissmies, Suiza, 4.023 metros (21 junio 2011) (foto de Jonás Cruces  <http://www.todovertical.com/>