Cuanto más elevados nuestros pensamientos, más alto nuestro nivel vibratorio.

En esa vibración sutil captamos la información con una calidad distinta, más profunda. Se produce una expansión de nuestra capacidad de percepción, de “ver”.

Por eso la llamada para dirigir nuestro pensamiento hacia lo elevado, alejándolo de lo trivial.

Poco a poco iremos notando que nuestra mente se sitúa habitualmente en otro plano, desde el que podremos trabajar con una consciencia,  fuerza y conocimiento muy superiores.

Nos envían pensamientos puros… Sepamos recogerlos y cuidarlos.

Y sobre todo sepamos también difundirlos, como ejercicio cotidiano, a todos los rincones de la tierra, como flechas que llevan allá donde hace falta la compasión y el amor del Creador.

«Escarpado es el camino hacia la morada de la fe

Vuelve tus pensamientos hacia el gozo de la creación.
Para que enaltezcas el Espíritu–
Expulsa todo pensamiento trivial y prepárate
A recibir las vibraciones que te enviamos».

Las hojas del jardín de Morya I (La llamada), sutra 19,  Agni Yoga Society, 1924, Neueva York. Imagen: La Albufera, Valencia, 2 abril 2015 (Cris Parga)