Hoy se nos habla de tener fe.

Fe, confianza, en actitud de trabajo, de abrirse a la vida, de dar y de darse.

Trascendiendo nuestro pequeño yo, lo nuestro.

Fe en la presencia, en cierta Presencia, más allá de lo que vemos.

No debemos olvidar el contacto con la dinamo que da luz a todo.

Nuestra fuerza se renueva si buscamos, y el que busca encuentra.

Si, los peldaños parecen empinados. Pero en las alturas el aire es limpio y la mirada llega más lejos.

La Bienaventuraza vendrá como viene la aurora…

Dirigid vuestras fuerzas hacia la iluminación de la humanidad.
Amadme – la Bienaventuranza vendrá como viene la aurora.
¡Yo golpearé a los que causan daño!
Subid con esmero el tesoro del Templo a la Montaña de M.
El Instructor os envía Sus Bendiciones.
Aprended a comprenderme. Sed inquebrantables en vuestra fe.
Yo ayudaré a los que buscan.

Las hojas del jardín de Morya, sutra 63, 1924 Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: montañas en Bhutan, 15 mayo 2010