Vivimos una época de enorme dispersión y distracción mental.
Una parte de nuestra distracción tiene que ver con nuestra percepción del mundo y con nuestras expectativas.
¿Es nuestra percepción positiva? ¿Es negativa? ¿Es ecuánime?
Incluso dentro de la convulsión del mundo, ¿Podemos desarrollar una actitud de paz y de calma que no solo nos beneficie a nosotros sino a nuestro entorno, por pequeño que sea?
He aquí el gran reto: permanecer en calma en medio de la tormenta.
Porque puede que muchas calmas sumadas, millones de calmas a la vez, acaben con las tormentas.
Es tiempo de activar la responsabilidad personal para recuperar la compostura del cuerpo y la mente, como bellamente nos recuerda Thich Nhat Hanh esta mañana.
No te pierdas en la dispersión y en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.
Thich Nhat Hanh; Foto: El Cristo de Corcovado, Rio de Janeiro, 5 septiembre 2011