«El hombre sin odio a ser viviente alguno, benévolo y compasivo, desinteresado y exento de amor propio, inalterable a la desventura y a la bienandanza, sufrido, siempre contento, y aplicado al yoga, dueño de sí mismo, firme en su propósito, con el corazón y entendimiento dedicados a Mí; tal devoto mío es mi amado. Aquel que no conturba el mundo ni por el mundo es conturbado, que está libre de las emociones nacidas de alegría, enojo, competencia y temor, es también mi amado.
El que nada desea, el que sin pasión, sereno, ecuánime y puro renuncia a toda empresa egoísta, él, oh Arjuna, es mi amado».
Bhagavad Gita, Sutra 12: 13-16, Editorial Arkana, Penguin Books. Imagen, equilibrio de piedras en el Arroyo Aguilón, Rascafría, Sierra de Guadarrama, Madrid, 9 abril 2017 (cortesía de David Caballero)