«Los humanos contemplan el mundo según sus deseos o sus temores, es una tendencia instintiva en ellos: toda su vida física sólo está hecha de subjetividad e imaginación. Pero al igual que todos los instintos, éste también debe ser educado. Como las cosas y los seres se convierten para nosotros en lo que creemos que son, se debe realizar un formidable trabajo. Primero, estar vigilantes para no convertirnos en nuestras propias víctimas transformando en mal lo que simplemente es neutro o incluso bueno; y luego, esforzarnos para transformar lo que es negativo y perjudicial en algo beneficioso.

Como el pensamiento tiene poderes, es preciso utilizar estos poderes para dominar todos estos estados negativos a los que naturalmente se tiende y que envenenan la vida diaria.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: atardecer en Matopos, Zimbawe,  11 abril 2017 (cortesía de Shuna Herscovitz)