«No tendréis mejor salud por comer mucho. Por el contrario, comer mucho es muy nocivo. Es la calidad de los alimentos lo que importa, pero sobre todo, la forma de comer. Incluso si disminuís vuestras comidas, podréis aprovechar mejor las energías si habéis aprendido a absorber el alimento con amor y conciencia.

Si durante las comidas llegáis a liberar vuestro pensamiento, a fijar vuestra atención sobre el alimento para penetrarlo con rayos de amor, se produce una separación entre la materia y la energía: la materia se disgrega, mientras que la energía entra en vosotros y podéis disponer de ella. Se trata de los mismos procesos que en una central termonuclear. Si el hombre supiera verdaderamente comer, apenas unos bocados le serían suficientes… Obtendría tantas energías como para remover todo el universo.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: en los alrededores de  Bergua(Huesca), 10 abril 2021, cortesía de Carlos Bravo Suárez