«Amáis la poesía, leéis poemas, incluso quizás también los escribís… Está muy bien, continuad, pero sabed que la verdadera poesía no está en la literatura, la verdadera poesía no se escribe: es una cualidad de la vida interior. Solo sabréis lo que verdaderamente es poesía el día en que armonicéis vuestra vida interior con las imágenes, los ritmos y las melodías del mundo del alma y del espíritu.
Aquél que ama verdaderamente la poesía siente que debe comenzar en sí mismo: se esfuerza en pensar, en sentir y actuar poéticamente, manteniendo estados de consciencia límpidos y luminosos. Son estos estados de consciencia los que crean en él la verdadera poesía: está inspirado, siente como una corriente que le atraviesa, porque interiormente está unido al mundo de la armonía; y debe hacer todo lo posible para mantenerse en este nivel elevado de la conciencia.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Dzong de Phunaka, Bhutan, 28 marzo 2018, cortesía de Alfonso de Pedro