«Amar y ser amados, dar amor y recibirlo, eso es lo que más necesitan los humanos. Y la verdad es que tienen aún más necesidad de amar que de ser amados. Sí, amar, porque es su amor el que los vivifica, el que los inspira. Amar es la mayor fuente de bendiciones. Por eso, nunca impidáis amar a vuestro corazón. Amad a toda la creación, a todas las criaturas, buscando siempre la mejor expresión que podáis dar a vuestro amor.

Pero el sentir amor por todas las criaturas no debe sin embargo dispensaros de ser prudentes. Si exponéis demasiado este amor, corréis el riesgo de que abusen de vosotros. Así pues, ahí la sabiduría debe venir también a decir su palabra. Ella os enseñará cómo ser reservados sin que ello suponga ahogar vuestro amor. Es mejor, a menudo, mantener este amor secreto para que pueda hacer su trabajo benéfico sobre vosotros y sobre los seres”.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos. Editorial Prosveta. Imagen: pintura de Nicholas Roerich, “Tidings of the eagle” (1927)