«Cada día, consagrad al menos unos minutos a introducir en vosotros la armonía. Cerrad los ojos esforzándoos en liberar vuestros pensamientos de las preocupaciones cotidianas, y dirigidlo hacia las cimas, hacia las fuentes de la vida que abrevan el universo. Cuando sintáis que habéis detenido el flujo de pensamientos, de sentimientos y de imágenes que pasan a través vuestro, pronunciad interiormente la palabra «gracias».

«Gracias», he aquí la palabra más sencilla, pero también la más poderosa, porque libera todas las tensiones. Pronunciando esa palabra, os sintonizáis con el mundo divino, os salís del círculo estrecho de vuestro yo limitado para entrar en la paz de la conciencia cósmica… Permaneced el mayor tiempo posible en este estado. Cuando volváis a vosotros, sentiréis que unos elementos nuevos, muy preciosos, se han introducido en vuestro ser: la serenidad, la lucidez, la fuerza…»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago portugués, entre Barcelos y Ponte de Lima, 20 junio 2018