«Esforzaos en adquirir discernimiento, permaneced más atentos, y sentiréis que antes de cada momento importante de vuestra vida (bien sea un encuentro, un viaje, un trabajo o una decisión a tomar), una voz interior os aconseja. ¿Por qué no prestáis atención? Porque sólo oís el ruido y las tempestades. Para escuchar al ser interno que os habla, tiene que hacer mucho ruido. Si habla suavemente, no le escucháis. Sin embargo, debéis saber que cuando los seres superiores nos hablan, sólo nos dirigen algunas palabras y con una voz casi imperceptible. Cuando, por culpa vuestra, os sucede una desgracia, a veces os decís: «Sí, efectivamente, había algo allí que me avisaba, pero esta voz era tan débil, tan débil…» Así pues, en el futuro, desconfiad de las voces que os hablan mucho y muy fuerte para induciros al error, y tratad de escuchar mejor la dulce voz del Cielo.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Francés entre Calzadilla de los Hermanillos y Mansilla de las Mulas, 12 agosto 2021