“Los seres que se dejan dominar por la materia pierden su luz, su libertad y su belleza; mientras que aquellos que logran despegarse de ella para dar preponderancia a la actividad del espíritu se vuelven libres, luminosos y fuertes. Es en el espíritu en donde se encuentra la fuerza. Debéis pues entrar cada vez más dentro de vosotros mismos, recogeros para alcanzar el principio divino en vosotros; un día, un manantial empezará a brotar y os sentiréis alimentados, sostenidos, inundados por unas fuerzas inagotables».

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86),  “Los poderes de la vida”, página 191, Editorial Prosveta. Imagen: el Bidasoa, entre Hendaya e Irún,  27 de agosto de 2017