«Os encontráis con dificultades y obstáculos, está claro… Pero si los tomáis demasiado en serio, os meteréis en situaciones complicadas, porque precisamente las dificultades y los obstáculos sólo pueden ser superados si comenzamos minimizando su gravedad.
En realidad, creedme, vuestro verdadero Yo no es alcanzado por vuestras desgracias. Vuestro verdadero Yo está por encima de todas las vicisitudes de la vida. Así pues, por muy duras que sean las pruebas que debáis afrontar, decios: «Evidentemente, estos acontecimientos son reales; tal fracaso, tal decepción, tal accidente, no puedo negarlos… Pero ¿acaso eso me pasa a mí verdaderamente? No, yo soy un espíritu eterno e inmortal, y estos inconvenientes los está viviendo otro diferente a mí; eso no es más que una ilusión de la que yo soy el espectador.»»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino del Salvador, entre Poladura de la Tercia y Bendueños, 29 de julio de 2019 (cortesía de Paco Simón)