Apenas os falta algo y ya estáis dispuestos a quejaros. ¿Por qué la constatación de esta carencia debe de repente oscurecer vuestra mirada? El sol sale cada día, tenéis luz, aire, agua, alimento… Podéis ver, oír, saborear, comprender… Y también tenéis la facultad de entrar en relación con el Creador, con todas las entidades celestiales y con los humanos.
¿En qué pensáis cuando os miráis frente al espejo por la mañana?… ¿Y en el momento que abrís el grifo de agua del lavabo o de la ducha?… ¿Y cuando veis a vuestra mujer, a vuestros hijos, en qué pensáis? Quizás diréis, que no tenéis. Admitámoslo, pero cuando salís de casa, os encontráis seguramente con alguien. ¿En qué pensáis cuando lo veis? Todos los seres que viven cerca de vosotros, así como con los que os encontráis, están ahí para haceros reflexionar, para afinar vuestra sensibilidad. En vez de deteneros en lo que os falta, aprended a alegraros por todas las inagotables riquezas de la vida, y vosotros mismos os volveréis más vivos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Canal de Castilla llegando a Frómista (Palencia), Camino de Santiago, 13 enero 2016 (cortesía de Marga Lamoca)