«En los Libros sagrados está dicho que las almas de los justos exhalan perfumes que hacen las delicias del Señor y de las entidades celestiales. Y es una realidad: el alma de un justo exhala un perfume, y este perfume atrae a los ángeles, atrae al Espíritu Santo. El Espíritu Santo sólo desciende en un alma en la que puede respirar el perfume.

Es pues muy importante para nosotros que lleguemos, con nuestro trabajo espiritual, a mejorar la cualidad de los perfumes, es decir de las emanaciones de nuestros cuerpos psíquicos, no tanto para atraer a los humanos, sino para atraer a los amigos del mundo invisible. ¿Por qué no ofrecerles esta alegría? Decís que quemáis incienso… Está bien, pero esto no es suficiente: si queréis atraer a los ángeles, debéis también interiormente aprender a exhalar los perfumes de la pureza y de la santidad.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), «Pensamientos cotidianos», Editorial Prosveta. Imagen: Canal de Castilla, Camino Francés entre Boadilla del Camino y Frómista, Palencia,  28 de noviembre de 2019 (cortesía de Fura CM)